La reducción de daños es un enfoque pragmático y humanitario a la disminución de los daõos personales y sociales asociados con el consumo de drogas, especialmente cuando es vinculado con el riesgo de infección por VIH. Su objetivo es disminuir los problemas asociados con el consumo de drogas a través de metodologías que salvaguarden los derechos de la dignidad, y los derechos humanos de las personas que consumen drogas.
Este enfoque se basa en el reconocimiento práctico de que, a pesar de años de intentarlo, no se conocen intervenciones efectivas para eliminar el uso de drogas o problemas relacionados con las drogas en cualquier comunidad, ciudad o país. En la mayoría de las culturas, la adopción de un enfoque de reducción de daõos requiere un cambio en el pensamiento -por uno más abierto- el cual se encuentra lejos de la muy arraigada meta idealista de la eliminación total del uso de las drogas.
La reducción de daños no niega el valor de ayudar a la gente a ser libre de drogas, o la conveniencia de la abstinencia como una meta final. Simplemente reconoce que para muchos consumidores de drogas son objetivos distantes, y los servicios se deben enfocar en el corto plazo adoptando un plan de acción para reducir daños y riesgos a la persona y por lo tanto a la sociedad evitando que se convierta en un problema de salud pública.
Reconociendo la realidad del consumo de las drogas, la reducción de daõos mide su éxito en los cambios positivos en la salud y la calidad de vida del individuo y no en la relación de los niveles de consumo de drogas.
Humanitarismo—Reconoce el valor intrínseco y la dignidad de todos los seres humanos.
El pragmatismo—No juzga el uso de drogas lícitas e ilícitas como bueno o malo, sino que se ve en la relación de las personas y las drogas, haciendo hincapié en la Reducción de Daños en el individuo fomentando un uso más seguro de drogas.
Evidencia—La investigación muestra que los usuarios cambian su comportamiento en respuesta a la información sobre un uso más seguro, y que este cambio es mayor cuando se enseñan habilidades y destrezas que proporcionen habilidades a un uso de drogas más seguro.
El consumo de drogas es la norma—Todos somos consumidores de drogas, a lo largo de la historia, en todas las culturas. La eliminación del consumo no es realista (o deseable).
Balance—El consumo de drogas se asocia con beneficios y riesgos - los daños (riesgos) se pueden reducir. Enfocados en la salud y la seguridad.
El respeto—a la capacidad de la gente (y derecho) para establecer sus propias metas y tomar sus propias decisiones (centrado en el cliente).
Holística—La gente usa drogas dentro de un contexto social, económico, político, físico y psicológico.
Defensa—La penalización del consumo de drogas (políticas y leyes) y los prejuicios hacia los usuarios de drogas ilícitas (valores y actitudes) crea peligro.
Empoderamiento—Pro-activa valores y hace que el individuo tomen un rol de liderazgo desarrollando si mismos un programa que beneficie a los usuarios y las comunidades.
La reducción de daños utiliza una gama de servicios para lograr sus objetivos. El intercambio de agujas y el tratamiento de reemplazo de terapias, son dos intervenciones eficaces para reducir los daños relacionados con el uso de las drogas. A menudo se complementan con otros servicios de apoyo para los usuarios de drogas como la salud y la educación sobre drogas, el VIH y la infección de transmisión sexual (ITS), consejería psicológica, y las referencias médicas.
Por la prestación de servicios accesibles que respondan a las necesidades de usuarios de drogas, los programas de reducción de daños a menudo sirven como un significativo punto de contacto donde se conecta a los usuarios de drogas con otra comunidad con médicos y recursos de servicios sociales.
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